Con la aprobación de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre) se proporciona marco jurídico a las políticas de confiabilidad, transparencia y celeridad de los procesos electorales, así como de inclusión y motivación a la participación, que ha venido aplicando el Consejo Nacional Electoral a través de las garantías electorales ofrecidas para cada jornada comicial.
Por ello, el Poder Electoral saluda la aprobación de este instrumento jurídico pues representa un paso importante hacia el fin de la transición generada a partir de la creación de este rama del poder público en la Constitución de 1999 y la aprobación de la Ley Orgánica del Poder Electoral (Lope) en el año 2002.
Por casi 10 años, el organismo comicial estuvo generando normas para regular diversos aspectos de los procesos electorales en función de mitigar las insuficiencias de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política de carácter preconstitucional. La Lopre proporciona marco jurídico a los procesos medulares que ejecuta el CNE en la organización de elecciones.
Reconocimiento a la tecnología
Uno de los aspectos a destacar en esta nueva legislación es la afirmación jurídica del sistema automatizado de votación, lo que representa el reconocimiento a la importancia y a la vanguardia tecnológica adquiridas por el CNE en los últimos años.
La Lopre ratifica que el uso de la tecnología electoral ha garantizado la expresión fiel de la voluntad de los electores y las electoras en cada uno de los comicios efectuados.
Igualmente, esta normativa otorga condición jurídica a una de los aspectos más relevantes en cuanto a transparencia y confiabilidad del sistema electoral en su conjunto, como lo son las auditorías que se aplican en cada una de las fases del proceso comicial, constituidas en uno de los baluartes de las garantías electorales ofrecidas a los votantes y a las organizaciones con fines políticos en nuestro país.
Ratificada la inclusión para la participación
La aplicación sostenida de una política de acercamiento de los centros de votación a los electores y electoras, generando condiciones de igualdad para todos en el momento de ejercer el sufragio, es lo que el CNE ha denominado la democratización del voto, y cuya aplicación ha permitido abrir más de 2.800 centros de votación en los últimos cinco años.
Con la Lopre se ratifica esta política de inclusión mediante la creación de los centros móviles de votación. Con esta nueva figura, el Poder Electoral podrá instalar puntos para el sufragio cercanos a centros poblados alejados del centro de votación más cercano.
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